Las criptomonedas están perdiendo gradualmente su principal ventaja
Durante los diez años de su existencia, las criptomonedas han ganado una popularidad sin precedentes entre las personas que trabajan en línea o desean ocultar sus ingresos.
Y esto no es sorprendente, porque la principal ventaja de Bitcoin y activos similares es el completo anonimato del remitente y del destinatario.
Además, a diferencia de un banco, no puede enviar una solicitud y recibir una respuesta: cuánto dinero se almacena en la cuenta de una persona.
Es decir, puedes obtener ganancias con criptomonedas y nadie se enterará, y luego comprar cosas caras y además permanecer en el anonimato.
Está claro que esta situación no puede complacer al Estado y a sus funcionarios, que viven de las contribuciones fiscales de los ciudadanos comunes y poco a poco están introduciendo nuevas reglas y restricciones.
En primer lugar, las restricciones afectaron a algunas carteras criptográficas, tras la instalación de las cuales es necesario verificar su identidad cargando copias de documentos:
Luego, China prohibió casi por completo no solo la minería, sino también las transacciones especulativas con criptomonedas.
Y ahora el Reino Unido también ha contribuido a la lucha contra el mercado de las criptomonedas al prohibir a uno de los mayores exchanges, Binance, realizar operaciones en el país.
Además, la Autoridad de Conducta Financiera del Reino Unido exige que todas las empresas que operan en el mercado de criptomonedas cumplan con los requisitos contra el lavado de dinero. Países como Japón y Alemania están tomando medidas similares.
Está claro que el principal requisito en la lucha contra el blanqueo de capitales es la identificación personal, es decir, podemos decir que la principal ventaja de las criptomonedas, el anonimato, se está perdiendo poco a poco.
¿Qué sentido tiene pagar grandes comisiones y tener dificultades para calcular cuándo no podrás ahorrar en impuestos?
Si esta tendencia continúa acelerándose, entonces la popularidad del dinero digital quedará en la historia; solo podrá usarse en esas mismas zonas extraterritoriales.