Michael Burry, médico financiero, fundador del fondo de cobertura Scion Capital
Michael Burry es un raro ejemplo de una persona que cambió su profesión de médico por la de inversionista de cartera y logró alcanzar el éxito mediante la gestión de capital.
Médico de formación, Burry saltó a la fama con su "Gran apuesta" contra las hipotecas subprime en Estados Unidos y pasó a la historia como un inversor que sabía esperar pacientemente, leer las fuentes primarias e ir contra la corriente.
Su enfoque no se basa en señales secretas ni en uso de información privilegiada, sino simplemente en el uso de datos.
La estrategia de inversión del financista se basa en un análisis efectivo, un cálculo frío y un estricto cumplimiento de las reglas.
Por lo tanto, su historia es útil no solo para profesionales, sino también para cualquier inversor privado que desee tomar decisiones informadas. Hasta cierto punto, yo mismo sigo esta estrategia en mi trabajo.
Michael Burry nació en 1971. Estudió economía en la universidad y luego se graduó de la Escuela de Medicina de Vanderbilt y comenzó una carrera como médico.
Al mismo tiempo, siendo aún estudiante, Burry tomaba notas detalladas sobre análisis de empresas: publicaba análisis de estados financieros, refutaba la opinión pública y perfeccionaba su propio estilo de pensamiento. Con el tiempo, su pasión se convirtió en profesión: en el año 2000, fundó el fondo de cobertura Scion Capital.
Los primeros años de Scion arrojaron resultados impresionantes con un enfoque de valor clásico, que culminaron en la apuesta a corto plazo de 2005-2007 contra valores respaldados por hipotecas: Burry analizó detenidamente los fondos de crédito y las condiciones de las titulizaciones, y se dio cuenta de que el mercado subestimaba los riesgos. Utilizó swaps de incumplimiento crediticio para cubrir la posición ante un colapso y logró un resultado notable para el fondo y sus inversores.
Tras la crisis, Burry se retiró temporalmente de la gestión de capital y luego regresó a Scion Asset Management. Desde entonces, se ha mantenido como un pensador independiente, lo que le permite adoptar posturas impopulares y escribir cartas abiertas a la dirección de la empresa.
La estrategia básica de Michael Burry
El estilo de Burry se describe mejor como "valor razonable con margen de seguridad". No se trata de buscar activos "baratos" a cualquier precio, sino de buscar situaciones donde el precio de mercado sea significativamente inferior a una valoración conservadora del negocio. Es decir, encuentra empresas infravaloradas cuyas acciones cotizan por debajo de su valor real.
El trabajo se basa en el análisis fundamental. No empieza con el gráfico, sino con los informes, analizando el balance general, la cuenta de resultados, los flujos de caja, la estructura de la deuda y la calidad de los activos. Lo importante no es el envoltorio, sino cómo la empresa genera ingresos, cuáles son sus obligaciones y cuál es su tasa de supervivencia en diferentes escenarios.
El segundo pilar es el catalizador (señal). Un activo "barato" puede permanecer infravalorado durante bastante tiempo. Burry busca eventos que puedan "liberar" el potencial de la empresa y convertirse en una señal de crecimiento: una decisión de reestructuración, un cambio en la política de capital, un cambio en la dirección, el crecimiento del sector o información sobre planes de desarrollo. Si el catalizador es claro y medible, la idea recibe prioridad.
El tercer elemento es la gestión rigurosa del riesgo. Antes de comprar, Burry se pregunta qué riesgo asume en una nueva operación si los acontecimientos no se desarrollan según lo previsto. Al mismo tiempo, prefiere carteras concentradas, centradas en determinados sectores de la economía. Sin embargo, esto no le impide utilizar coberturas para reducir los riesgos.
El cuarto elemento es la independencia de pensamiento. Burry no teme ser un "inversionista pionero". Acepta que el mercado podría no coincidir con su tesis durante mucho tiempo, por lo que acumula tiempo y paciencia de antemano.
Este enfoque requiere disciplina interna: no comparar la idea diez veces al día con el precio de las acciones, sino contrastarla periódicamente con los hechos: informes, contratos, flujos de caja. Si los hechos apoyan la idea, esta no se ve anulada por una divergencia temporal con el sentimiento general.
Si resumiera la filosofía de Michael Burry en una sola frase, sería: investiga mejor que nadie y gestiona el riesgo antes de comprar. Su trayectoria demuestra que invertir no se trata de reaccionar a los titulares, sino de análisis profundo y paciencia.
El secreto del éxito consiste en tres cosas simples: leer las fuentes originales y confiar sólo en sus propios cálculos; establecer reglas de riesgo de antemano y atenerse a ellas; tener el coraje de ir contra la corriente cuando los hechos están de su lado.
Comience por comprender el negocio, no por una estimación de precio; exija un margen de seguridad en la valoración; busque una señal que revele el valor; formule un plan antes de la compra, no después. Este enfoque no garantiza milagros instantáneos, pero aumenta la probabilidad de obtener un resultado significativo y repetible; por eso Michael Burry es respetado incluso por quienes no comparten sus ideas específicas.